Dentro del programa de jornadas que se desarrollaron en Genera, la Oficina Española de Cambio Climático (OECC) organizó una charla centrada en las herramientas para la descarbonización de la economía española. Entre los ponentes que participaron, destacó la intervención de Iria Álvarez, Consejera Coordinadora de Energía, Turismo y Agenda Digital, que comentó el estado de las negociaciones del Paquete “Energía Limpia para todos los Europeos”.
“Se trata de un momento decisivo para Europa, comenzó su intervención Iria Álvarez, donde se está trabajando en el escenario a 2030 que va a marcar el futuro de nuestro sistema energético y lo va a revolucionar por completo. Un sistema energético que se considera esencial para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, sobre todo si tenemos en cuenta que el 85% de las emisiones provienen de este sector”.
El Paquete de Invierno incluye varias iniciativas relacionadas con el sector de la energía así como los Planes de Energía y Clima que son, a juicio de Iria Álvarez, “el elemento vertebrador de los objetivos y de la coordinación de políticas energéticas a 2030, con unos objetivos medioambientales que cumplir y donde Europa tiene que liderar la transición energética”.
Este paquete de invierno, que tiene como antecedente el Acuerdo de París, se compone de dos subpaquetes. El primero incluye varios Reglamentos y se centra en el diseño del mercado eléctrico, “que va a cambiar radicalmente como consecuencia de la evolución de la tecnología y de que las renovables ya pueden competir en igualdad en condiciones con el resto de energías”, señaló Álvarez.
El segundo subpaquete lo conforman la Directiva de Renovables, la Directiva de Eficiencia Energética, la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios y el Reglamento de Gobernanza. Éste último, explicó Iria Álvarez, “es el más complejo porque incorpora todos los elementos de las iniciativas sectoriales en los planes de Energía y Clima y marca la gobernanza que tiene que regir a nivel de la UE, la cooperación de los Estados Miembros, para que todo esto se ponga en marcha y funcione”.
La Consejera afirmó que “el estado de las negociaciones se ha producido de forma desigual”. Para la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios ya hay acuerdo entre Parlamento y Consejo y, a raíz de este acuerdo, se ha avanzado sustancialmente en el nivel de ambición de esta Directiva, sobre todo, en lo que se refiere a fomentar la electrificación del transporte, incorporando obligaciones en la reforma de un edificio existente y para los edificios nuevos de instalar puntos de recarga o de instalar la estructura que permita la instalación posterior de estos puntos de recarga. También ha incorporado un elemento muy innovador, a raíz de todas las oportunidades que ofrece la digitalización, que son instrumentos de gestión activa de la demanda que permitan al consumidor gestionar su propia demanda.
Acuerdo en renovables
La Directiva de Renovables también ha conseguido el acuerdo entre Parlamento y Consejo. Un hito muy importante que, en opinión de Iria Álvarez, ha contado con un elemento que ha permitido desatascar las negociaciones y tender a una mayor ambición y es el Consejo de Ministros de Energía de la UE, celebrado el pasado 11 de junio, donde hubo dos movimientos clave: “los nuevos gobiernos de Italia y España, que pujaron por un objetivo cercano al 35%, lo que favoreció poder alcanzar el nuevo acuerdo que contempla un 32% como objetivo global de renovables, con una cláusula de revisión en 2023 de acuerdo con la evolución de las emisiones y en función de la evolución del consumo, ya que está el brexit por medio y supondrá variaciones en el consumo global de la UE y en la potencia instalada de renovables”. A nivel sectorial, añadió Álvarez, “se ha permitido una mayor flexibilidad para los Estados miembros, porque cada uno tiene su especificidad; por ejemplo, hay Estados del norte que tienen mucho potencial en el sector de calor y frío, mientras que otros situados más al sur, como es el caso de España, tienen un mayor potencial en el sector eléctrico”.
Otro acuerdo importante, señaló la Consejera, “es una tasa del 14% de energía renovable en el sector del transporte para 2030, con una cláusula para el aceite de palma (que hay que redactar), a fin de reducir progresivamente su empleo para producir biocombustibles destinados al transporte hasta 2030”. En el sector de calor y frío se ha acordado un aumento de la cuota de renovables del 1,3%, permitiendo el cómputo de hasta el 40% de calor y frío residual. Este objetivo es indicativo, pero no obligatorio.
La Directiva también ha acordado una exención de todos los cargos y tasas para todas las instalaciones renovables de menos de 25 kW. Esto era un reclamo del Parlamento muy importante y, gracias a la flexibilidad de algunos Estados miembros, se ha conseguido. El tema de impuestos no se toca porque requiere unanimidad del Consejo.
El autoconsumo también ha conseguido un marco muy favorable. “Cualquier consumidor pueda transformarse en autoconsumidor y estos deben igualarse, a nivel competitivo, a cualquier otro agente del mercado, de manera que van a poder vender electricidad a la red a precio de mercado, van a poder acceder a los esquemas de apoyo y se da la posibilidad de introducir subvenciones por distintas vías”, explicó Iria Álvarez.
Objetivo del 32,5% en eficiencia energética
Una de las Directivas donde aún no se había alcanzado un acuerdo cuando se celebró esta jornada era la de Eficiencia Energética. El objetivo que se estaba barajando, explicó Álvarez, “es indicativo o vinculante del 32% al 34%, que es un objetivo de reducción del consumo global respecto a un escenario de referencia con horizonte 2030”. Finalmente, se ha acordado que sea del 32,5% hasta 2030 y se introduce una cláusula de revisión al alza en 2023.
Según el acuerdo alcanzado, cada Estado miembro deberá presentar cada diez años un "plan nacional integral de Energía y Clima". El informe incluirá objetivos nacionales, contribuciones, políticas y medidas para cada una de las cinco dimensiones de la Unión de la Energía: decarbonización, eficiencia energética, seguridad, mercado interior e investigación, innovación y competitividad.
El plazo de entrega del primer plan es el 31 de diciembre de 2019 y la primera fase de los planes cubrirá hasta 2030, teniendo en cuenta también la perspectiva a largo plazo que determinará su visión política hasta 2050. Para cumplir con los objetivos, el acuerdo pide a los gobiernos nacionales que utilicen todos los instrumentos de cooperación regional a su disposición.
Además, por primera vez se introduce la obligación de que los países destinen una parte de la eficiencia energética a ayudar a los clientes más vulnerables, como aquellos afectados por la pobreza energética. Por tanto, los planes nacionales deberán incluir una recuento del número de hogares que la sufren y, si es una cifra significativa, medidas y políticas sociales para reducirla.
Otra cuestión a negociar, y sobre la que también se ha llegado a un acuerdo provisional, es la que marca las obligaciones de los Estados miembros de ahorros energéticos anuales. Dicho acuerdo obliga a los países a incrementar su ahorro energético un 0,8% anual, lo que, sin duda, impulsará la renovación de edificios y el uso de tecnologías más eficientes para la climatización.
Respecto al Reglamento de Gobernanza, que es la normativa que decide la manera en que la UE logrará sus metas, también se ha llegado a un acuerdo. Por un lado, Los Estados miembro tendrán que remitir a la Comisión un borrador del Plan nacional de energía y clima antes de finales de 2018. Una vez revisado, el Ejecutivo comunitario lo devolverá para que se hagan las correcciones oportunas y le envíen el Plan definitivo en diciembre de 2019. Por otro lado, se ha eliminado el objetivo de que la UE sea neutra en carbono en 2050 y se ha puesto en la redacción final "tan pronto como sea posible".